Por Maria Scala
En la oscura caverna de tu cuerpo
empecé este viaje.
En la oscura caverna de tu cuerpo
empecé a dejarte.
Mis primeros llantos fueron una agonía
de conocimiento.
¿Quién hubiera imaginado
que la chica se iba a convertir
en esto?
¿Perdida antes de dar
el primer paso
sabia antes de emitir
el primer sonido?
¿Si ellos te hubieran contado
la vida con la que ella
tendría que lidiar
la hubieras apretado con fuerza
a tu sabio pecho
o la hubieras liberado rápido
dándole la oportunidad de alcanzar
al resto?
¿Son esas lágrimas de orgullo
o es la sal del arrepentimiento?
No soy la fuerte
la del gran corazón
ni tampoco la estable
pero nunca olvido
y este recordar
es mi único don.
Traducción: Marcelo Damiani.