La batalla futura
Mónica Maristain le preguntó en su ya célebre entrevista para Playboy: “¿Por qué le gusta llevar siempre la contraria?”. De manera ejemplar, el polemista contestó: “Yo nunca llevo la contraria”.
Las extraordinarias entrevistas con Roberto Bolaño equivalen a la caja negra de los aviones. Las palabras antes del accidente. No se trata de un calculado testamento, sino de la voz que atraviesa las turbulencias con una última entereza.
¿Qué pensaría él al verlas reunidas? ¿Hasta donde hay que tomar al pie de la letra sus provocaciones, sus salidas de tono, sus bromas, sus afortunadas desmesuras?
El detective salvaje sigue retando a sus lectores. Sus opiniones se debilitan al ser juzgadas como verdades absolutas y ganan fuerza al ser leídas como rarezas esquivas. Se trata de tomarlo en serio no al modo de un gurú, sino de un escritor que usó las palabras como lumbre y, al modo de Cocteau, supo que lo más rescatable del incendio es el fuego.
Mónica Maristain le preguntó en su ya célebre entrevista para Playboy: “¿Por qué le gusta llevar siempre la contraria?”. De manera ejemplar, el polemista contestó: “Yo nunca llevo la contraria”.
Las extraordinarias entrevistas con Roberto Bolaño equivalen a la caja negra de los aviones. Las palabras antes del accidente. No se trata de un calculado testamento, sino de la voz que atraviesa las turbulencias con una última entereza.
¿Qué pensaría él al verlas reunidas? ¿Hasta donde hay que tomar al pie de la letra sus provocaciones, sus salidas de tono, sus bromas, sus afortunadas desmesuras?
El detective salvaje sigue retando a sus lectores. Sus opiniones se debilitan al ser juzgadas como verdades absolutas y ganan fuerza al ser leídas como rarezas esquivas. Se trata de tomarlo en serio no al modo de un gurú, sino de un escritor que usó las palabras como lumbre y, al modo de Cocteau, supo que lo más rescatable del incendio es el fuego.
Juan Villoro