lunes, 2 de marzo de 2009

El peón de ajedrez (1894)

Me gusta mirar a la gente cuando juega al ajedrez.
Mis ojos siguen esos peones
que poco a poco encuentran su camino
hasta alcanzar la última línea.
Ese peón avanza con tal soltura
que te hace pensar que llegando a esa línea
comenzarán sus alegrías y obtendrá su recompensa.
Encuentra muchos obstáculos en su camino.
Los poderosos lanzan sus armas contra él.
Los castillos le acometen con sus altas almenas;
dentro de sus campos
veloces jinetes pretenden con astucia
impedir su avance,
y por todos lados, desde el campo enemigo
la amenaza avanza contra él.

Mas sale indemne de todos los peligros
y alcanza triunfante la última línea.

Con qué aires de victoria la alcanza
en el momento exacto;
con qué alegría avanza hacia su propia muerte.

Porque al llegar a esa línea, el peón morirá,
todos sus afanes eran para esto.
Cae en el Hades del ajedrez,
y de su tumba resucita
la reina que nos salvará.

Konstantinos Kavafis (1863-1933)