No sé ya si por poeta,
por ebrio o por ambas cosas,
se me confunden las calles
de la escarpada Lisboa
con el andar de una dama
que vi cruzar presurosa.
Sea por ebrio o por poeta,
por loco o por otra cosa,
voy de taberna en taberna
buscando de aquella moza,
el aire que en sus vestidos
muestra la calle sinuosa.
Si la joven se detiene,
o en la taberna se asoma
el aire de algún recuerdo
de la ciudad de Lisboa,
ya no sé si estoy bebiendo
mi nostalgia o su persona.
No tiene caso saberlo,
no alcanza el vino que roza
con su virtud mis pecados.
La dama ya es cada cosa
de esta ciudad. Sin remedio,
todo el amor es Lisboa.
(¿) Fernando Pessoa (?)