miércoles, 3 de agosto de 2011

Fragmento de "Estas nuestras madres"

Por Nicole Brossard

       Domingo: En los brazos de mi madre, estoy en los brazos de una mujer y mirando a mi padre. Él nos mira. Tiernamente. Es su día. Mi madre me mira. Yo estoy tocando a mi madre. Su cuerpo es obvio, la conozco como a una sensación. Pero para conocerlo a él, necesito mis ojos, tengo que hablarle. Él no se dejará tocar. Esperará hasta que pueda hablar antes de mostrar interés en mí. Perro bígamo.

        Ellos son diferentes
: Ella y yo nos tocamos la una a la otra. Él me habla. Yo no entiendo muy bien. Tengo que concentrarme. No puedo mantener el contacto físico con mi madre y escucharlo a él al mismo tiempo. Trato de entenderlo. De asirlo. Él es mi padre después de todo. Él está viviendo. Tengo que aprender a hablar. Palabra por palabra, como él. Para reflexionar. Si él pretende entenderme porque me ama, su pequeña nena, su pequeña alegría, habré ganado. Habremos hablado una vez en la vida: Eso será suficiente para mí. Si él no asiente, esperaré toda mi vida por esa palabra suya. Él hablará en mi nombre. Toda la vida. No habrá posibilidad de que mi madre venga a tocarme cuando él está ahí.

       La hija ha visto el sexo del padre como en un sueño. Ficción: La realidad emerge desde sus ojos.
                                                                     
Traducción: Marcelo Damiani