miércoles, 2 de abril de 2008

¿Qué es el hombre?

Por Marcelo Damiani

       Las disciplinas humanísticas siempre han tratado de responder esta pregunta acuñando modelos semejantes a la ya clásica locución latina Homo Sapiens. Esta denominación de Linneo, fundador de la taxonomía científica moderna, se convirtió con el tiempo en la primera concepción del hombre que, según Max Scheler, es una creación conceptual del mundo griego, y corresponde a la creencia de que el ser humano se diferencia de la naturaleza por la razón, suerte de agente divino que lo eleva por sobre el mundo animal. Tal vez como consecuencia del descubrimiento de que el hombre no era tan sabio ni tan razonable como se pensaba nació la idea de Homo Faber, suma de concepciones naturalistas y pragmáticas donde la diferencia con la naturaleza ya no sería de esencia, sino de grado, y el hombre se definiría en función de los instrumentos y herramientas que fabrica para saciar sus instintos de poder y dominación. Johan Huizinga va a considerar que el hombre es básicamente alguien que juega y lo llamará Homo Ludens. Giovanni Sartori pondrá el acento en la visión y lo visual para hablar del Homo Videns, que tiende peligrosamente hacia el Homo Insipiens (necio, ignorante). Actualmente casi nadie habla del Homo Oeconomicus, quizá porque ya nos han convencido de que es el único criterio que debe regir nuestras vidas. En 1995 Giorgio Agamben va a publicar un libro que introducirá, desde el mismo título, la perturbadora denominación de Homo Sacer...

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