"Algunos de mis autores favoritos (como Faulkner y Onetti, por ejemplo) han elegido un espacio mítico para desarrollar sus historias. En esos lugares uno se puede manejar con una libertad absoluta... Una isla, además, me parece que acentúa el hecho de que cada lugar tiene su propio código, y que la gente se mueve en torno a eso. Por último, siempre me gustó la idea de tener una isla privada. Me cuenta un amigo que ya es moda entre actores y millonarios comprar sus propias islas; a mí el presupuesto sólo me dio para imaginarla."
La entrevista completa acá.