viernes, 1 de enero de 2010

Zettel

Por Sonia Budassi

       La contratapa de Diario de la rabia, uno de los últimos títulos que publicó en vida, señala que estaba trabajando en este libro. La novela –editada por Beatriz Viterbo– a partir de la historia de arqueólogos, copistas y dudosos reyes es, en definitiva, una mueca irónica, a la vez que gesto intenso, de preocupación por la traducción; por la lectura y la interpretación; la reescritura y la tensión entre ficción y realismo. En esa línea, sin su aparato narrativo, retozan con brío los fragmentos de Zettel. En el prólogo, Laura Estrín habla de “una escritura deshilachada” que iba uniendo su obra en una sola. Por un lado está también el “homenaje” a Wittgenstein, a quien de manera explícita cita Libertella en un epílogo no señalado como tal. “¿Papelitos que sobraron de otros libros? ¿Notas y apuntes de notas por venir?”. También apunta que esas líneas no van a ningún lado, en una afirmación tan cierta como discutible. Si los cuadernos de notas son embriones de textos que tomarán otra entidad; si se asumen como borradores de ideas, como golpes fundantes, Zettel opera, al mismo tiempo, en un sentido inverso. Estas notas vuelven al resto un conjunto dinámico y tan macizo como evanescente: el libro motivará a revisar la obra anterior, a reescribirla, y redireccionarla. Puede revertirse la casuística; se puede comenzar por el final.

       La nota completa acá.