Por Jacques Derrida
Un texto no es un texto
más que si esconde a la primera mirada, al primer llegado la ley de su
composición y la regla de su juego. Un texto permanece además siempre
imperceptible. La ley y la regla no se esconden en lo inaccesible de un secreto, simplemente no se entregan nunca, en el presente, a nada que rigurosamente pueda ser denominado una percepción.