domingo, 1 de junio de 2014

Una secreta promesa del porvenir

Por Marcelo Damiani

         ¿Qué se espera de un ensayo? ¿Qué se espera de un prólogo? ¿Deben ser ambos, como sugieren muchos, leídos como motores energéticos del pensamiento o del relato? ¿O deben ser leídos simplemente como gestos? Sin duda buscan producir algún tipo de efecto energético-gestual. El primero que producen, por supuesto, es que el autor (en este caso, yo) se hace cargo, con su firma silenciosa (puesta allá arriba) de una creencia motriz en el valor del texto que se comenta. El ensayo, a la hora de los parentescos, también podría ser visto como un prólogo virtual con un aire de distracción.

         El texto completo acá.