Por Marcelo Damiani
Escribí este cuento (pero quizá más importante, también lo corregí) en marzo de 1993. En esa época aún no sabía que tendría varias versiones, ni que iba a ser publicado varias veces y en varios idiomas, ni que le daría nombre a mi segunda novela. Ahora va a cumplir la misma edad que yo tenía en aquel momento: 24 años. Miles de cosas han cambiado desde entonces. Yo soy otro (¿cómo no serlo?), mi vida es otra (aunque no tanto), el mundo es otro (¿acaso podría no serlo?). Sin embargo, cuando lo releo y a veces, incluso, todavía me hace reír, sigo pensando que el texto tiene toda la razón.
El cuento completo acá.