Héctor Torres (Caracas, 1968) es uno de esos narradores que mantienen la pasión por la ficción breve a flor de piel. Su sitio Ficción Breve Venezolana es un verdadero archivo digital de la narrativa nacional, y debe ser uno de los más consultados a la hora de tener un panorama de lo que se está produciendo por estas tierras. Además, como si esto fuera poco, ha publicado cuatro libros de cuentos: Trazos de asombro y olvido (1996), Episodios suprimidos del manuscrito G (1998), Del espejo ciego (1999) y El amor en tres platos (2007). En sus textos se notan las influencias -"aclimatadas", como afirma el autor- de Cortázar, Felisberto Hernández, Giovanni Papini, Chesterton y Stevenson, entre muchos otros. La admiración por Borges, como tal vez no podía ser de otro modo, dados los nombres mencionados, se asoma sutilmente en el cuento de su último libro que reproduzco a continuación.
Las leyes del sueño
Cuando vimos la figura caer desde la platabanda, corrimos con la intención de comprobar nuestras sospechas. Al llegar junto al cuerpo supimos, en efecto, que se trataba de ella.
Recobró parcialmente su forma original para decirnos unas palabras extrañas y maravillosas, mientras nos advertía que se trataba de un sueño. Aunque lo más sensato hubiese sido socorrerla, comencé a escribir en una pared cercana lo que ella decía, porque la experiencia siempre me ha indicado que suelo olvidar los sueños y las cosas que en ellos se dicen.
Al día siguiente traté de recordar lo que dijo, pero resultó inútil. Fui entonces al edificio desde donde se había lanzado (en mi sueño, claro) y, en efecto, leí los garabatos escritos con prisa en la pared, sólo que no pude repetirlos hasta esa noche que me soñé en la misma escena.
Cuando desperté, nuevamente los había olvidado.