Referirse sin cesar a un mundo donde todavía nada se humillaba al surgimiento, donde se presentía la conciencia sin desearla, donde, encenegado en lo virtual, se gozaba de la plenitud nula de un yo anterior al yo...
No haber nacido, de sólo pensarlo, ¡qué felicidad, qué libertad, qué espacio!
E. M. Cioran